Las rabietas suelen aparecer en torno a los 2 años de edad y suelen ir desapareciendo cuando los niñ@s tienen unos 5 años.
Muchos padres viven esta etapa con grandes niveles de ansiedad porque no entienden por qué aparecen o porque las vinculan con conductas de rebeldía o de desobediencia.
Sin embargo, con estas conductas no existe ninguna intención del niñ@ de ponernos a prueba ni de tomarnos el pelo. Simplemente se trata de una forma de mostrar su frustración cuando algo que quieren no es posible y no entienden el motivo.
En esta etapa jamás debemos olvidar que siguen siendo “niñ@s” y como tal, su nivel de madurez aún es muy limitado para entender algunos conceptos de adultos.
Por ello, las rabietas sólo son una natural manifestación de un deseo frustrado y, por lo tanto, el que existan estas situaciones no debe preocuparnos en absoluto porque forman parte del desarrollo natural del pequeñ@ hacia su independencia.
Lo importante es cómo actuamos ante ellas y cómo las gestionamos de manera que no altere el clima familiar ni nuestro bienestar psicológico.
Si consideras que las rabietas están condicionando vuestro día a día, se dan de manera muy frecuente o llegan a desbordaros desde este centro os marcaremos una pautas claras y concretas para gestionarlas de forma eficaz.
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