Es justo en estas fechas navideñas en las que parece que todos nos hemos puesto de acuerdo para consumir mucho más de lo necesario y los medios de comunicación se encargan de animarnos constantemente con sus mejores campañas publicitarias, se trata de comprar como si no hubiera un mañana. Gastamos mucho más en: comida, juguetes, decoración y detalles varios que nos hacen creer que cumplimos con nuestros hijos y con nosotros mismos en una sociedad que parece no tener freno.
Seguro que más de uno se siente identificado con estas palabras, basta con ver el nivel de actividad de las distintas superficies comerciales en estos días para hacernos una pequeña idea de lo que está pasando, hemos caído una vez más en la “trampa” a pesar de que cada año hacemos la firme promesa de no volver a excedernos.
Con los niñ@s resulta aún más complicado, les hemos hecho creer que todos deben recibir un montón de regalos en estas fechas y el no recibirlos será sinónimo de haber sido “malo” motivo por el cual no ha sido “premiado”.
Pero, seamos sinceros, ¿necesitan tantas cosas? ¿O somos nosotros mismos los que necesitamos sentir que no fallamos como padres siguiendo lo que la sociedad nos va marcando?
Esto es lo que sucede cuando el número de regalos es superior al que el niñ@ es capaz de procesar:
• Baja tolerancia a la frustración (no entienden por qué no han conseguido todos los regalos que han pedido y se enfadan)
• Dejan de darle el valor que corresponde a cada regalo (les hemos comprado tantos juguetes que ninguno de ellos les resulta especialmente atractivo ni especial)
• Pierden capacidad de atención porque han sido sobreestimulados (no se concentran en ninguno porque su atención se ha dispersado entre tantos juguetes nuevos)
• Falta de ilusión (la van perdiendo a partir del tercer regalo y así sucesivamente)
• Creamos falsas necesidades en los más pequeños
La experiencia en consulta nos demuestra que el mayor motivo de ilusión para los más pequeños de la casa no son precisamente los regalos materiales sino los regalos en forma de TIEMPO. Eso es lo que verdaderamente no tienen y más necesitan, los niños viven con enorme ilusión cada vez que papá y mamá deciden hacer una excursión o un juego en el que todos podemos participar.
Por otro lado están los regalos que si cubren necesidades reales y que también deben ser valorados por ellos como: ropa, lecturas, materiales escolares…
Claro que sus miradas se llenan de ilusión al abrir ese regalo tan esperado pero no caigamos en el error de pensar que cuantos más reciban más felices estarán porque el efecto es justo el contrario, a mayor número de regalos menor es la ilusión.
Desde la psicología nos gusta apelar a la RESPONSABILIDAD con respecto al exceso de regalos y planteamos como opciones alternativas regalar TIEMPO DE CALIDAD en forma de: divertidas excursiones, juegos en familia, actividades compartidas como ir al cine, cocinar algo juntos, regalarse bonitas palabras en forma de cartas, manualidades y un sinfín de posibilidades más que incluyan la participación de todos.
Estos regalos sí contribuirán a que los niñ@s valoren estas fechas y las entiendan como lo que siempre debieron ser, grandes oportunidades para que todos disfrutemos en familia y por qué no un muy buen momento para cerrar el año creando nuevos objetivos juntos.
Llenemos sus mentes de bonitos recuerdos para que su infancia sea esa etapa de crecimiento y solidez en la que siempre puedan apoyarse a lo largo de sus vidas. ¡Ese es el gran REGALO!
Te ayudamos en el 690013861